Dentro del proceso de la comunicación, uno de los más completos es la dramaturgia, que es el arte de componer obras dramáticas. El escritor o dramaturgo, tiene que considerar a sus receptores:
1. El dramaturgo se dirige al director, quien es el vicario del mensaje, lo adapta del texto escrito para que se recree en un escenario por medio de las acciones de los actores. Dentro del texto existen instrucciones de la secuencia de la historia, el escenario y las entradas y salidas de los actores.
2. Los actores, también vicarios del mensaje, por medio de sus personajes, dialogan para poner en escena la historia que escribe el dramaturgo.
3. El texto escrito también se comunica con los técnicos del decorado, iluminación, musicalización quienes les dan sentido a la historia.
4. El dramaturgo al contar una historia piensa en el público y cómo quiere que reacciona. Sin embargo, la audiencia reaccionará de diversas formas; dependiendo de la época, la comprensión del la historia, su nivel educativo y otras situaciones del momento:
- Participación mínima: como risas, suspiros, llantos o los aplausos (al final de actos o de la obra completa)
- Respuesta emocional: puede llegar a la identificación con los personajes haciendo catarsis o llegar al desagrado.
- Reacciones directas: En el teatro moderno los actores pueden interactuar directamente con el público.
El teatro comunica un mensaje al público. Durante la representación teatral se gesta una red de relaciones muy complejas entre los personajes y el público, constantemente se producen estímulos visuales, lingüísticos, luminosos, gestuales, además de la interestimulación entre los espectadores que provoca una respuesta inmediata ante el espectáculo presenciado y otra posterior, cuando el espectador es tocado en su estado de ánimo o en su ideología, entre en un proceso de reflexión llegando a la empatía o catarsis, cerrándose así el circuito comunicativo.
En el teatro se da un doble circuito comunicativo, el primero donde el dramaturgo comunica el mensaje al lector del texto literario; el referente está tomado de la realidad de la vida, de la existencia o de los fenómenos sociales y con los códigos propios de la escritura como los diálogos (o monólogos), escritos en prosa o en verso y su estructura (escenas, actos en que se divide la obra).
En el otro acto comunicativo, intervienen como intermediarios del mensaje (vicarios) el director, los actores y los técnicos que son los que interpretarán el mensaje del autor, para ofrecer al público un espectáculo que cumpla lo más fielmente posible con la perspectiva y los procedimientos que el dramaturgo escribió el texto, sin dejar por ello a libertad que tiene el director de la recreación.
El sistema de códigos en la puesta en escena se expresa por el actor, utilizando los 13 signos del teatro, como el tono, la mímica, los movimientos, los elementos externos como el maquillaje, el peinado, el vestuario. Los propios del espacio escénico como el decorado, la iluminación, la música y los sonidos.
De esta manera se da un complejo acto comunicativo, el espectador (receptor) ha de responder al espectáculo que se le ofrece como un trabajo completo de la actuación, dirección y representación con el objetivo principal que se divierta pero que también reflexione, que le enseñe algo, en el cual vivirá imaginariamente otra vida más bella o más dramática; y donde experimentará, por identificación con el personaje y sus acciones, experiencias desconocidas pero latentes en su interior. El teatro nos hace vivir intensamente las pasiones humanas de modo imaginario, que serán a la vez, regocijo y purificación para las propias. Por ello, las representaciones tienen un atractivo para el espectador por que le permiten disfrutar; pero al mismo tiempo reflexionar.
Por otra parte, al analizar el proceso comunicativo de una obra dramática muchas veces solo lo hacemos a partir de la lectura del texto escrito y por ejemplo, tomando como base el texto leído de El Negro, el esquema quedaría de la siguiente manera:





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